En el sentido literal de la palabra, eggnog (por su nombre original en inglés) significa huevos en un vaso pequeño y es un ponche que se usa para brindar por la salud de los demás, además de satisfacer la felicidad del alma.
Este ponche dulce — balanceándose en los límites entre postre y bebida — es famoso a través de las Américas y vuelve a reaparecer cada año durante las fiestas.
No hay una receta directa, ni perfecta, ni directa a este punto. El eggnog es algo que ha evolucionado en manos de cada hacedor.
Es común verlo aparecer en la temporada de fiestas en los supermercados (en su forma pasteurizada y orgánica) o bien que las familias lo preparen casero y lo regalen como algo preciado.
Aunque alto en calorías, no hay por qué dejar de verle el lado positivo; su lista de nutrientes es también alta: éste es elevado en proteína, calcio, magnesio, vitamina A y D.
Este ponche de huevo nació de una bebida caliente inglesa llamada posset que consistía de huevos, leche, cerveza o vino.
Los huevos y la leche eran entonces demasiado caros para que fueran adquiridos por la clase baja. Los que podían conseguir huevos y la leche los mezclaban con brandy, Madeira o hasta jerez.
Cuando el ponche cruzó el océano hacia el continente americano con la ayuda de las colonias inglesas, el brandy y el vino no se usaron de este lado del mundo porque les aplicaban altos impuestos, haciéndolos demasiado caros para su consumo. Por lo que el ponche inglés sufrió una pequeña variación: en lugar de brandy o vino importado, se consumiría con ron caribeño como lo conocemos hoy, una alternativa más económica a la importada por los ingleses.
En Puerto Rico a este ponche se le conoce como “coquito”, y obviamente el licor de elección es el ron.
Allí, le agregan el toque también de hacerlo con leche de coco o jugo fresco de coco.
En México, el eggnog es conocido como “rompope” y fue creado en el Convento de Santa Clara en el estado de Puebla. La receta básica es incrementada con el abundante uso de canela mexicana y ron, y la bebida resultante se bebe como un licor.
En Bolivia celebran con el “sucumbé”, ponche con aguardiente de uva o singani. El “sucumbé” es como el tradicional eggnog con canela, huevo, leche y azúcar pero con singani.
En Perú, lo llaman simplemente ponche y es creado con amplia creatividad desde el variado uso del alcohol — en especial pisco — o sin él para beber en las mañanas, con leche, huevo y azúcar, sin necesidad de que sea sólo una bebida de uso festivo.
Como verás existen diversas versiones culturales y populares del ponche crema.
Aquí te presento la mía:
Ponche ‘Mil Nieves’
Rinde 8-10
- 8 huevos orgánicos, separados de las claras
- 7 cdas. azúcar (blanca o morena)
- 3 tazas leche entera orgánica
- 1 lata leche condensada
- Pizca de sal
- 2 onzas ron*
- 1 onza kalhúa (opcional)*
- 1/2 cdta. esencia vainilla (opcional)
- 1 taza crema espesa orgánica, batida
En un bol grande, bate las yemas de huevo con el azúcar hasta lograr una consistencia espesa y con brillo.
Agrega las leches, la crema, la sal, los licores, la esencia de vainilla. Bate bien.
En otro bol, bien limpio y con una batidora eléctrica, bate las claras a punto nieve — cuando levante la batidora de las claras, éstas tienen que quedar duras, suspendidas en el aire.
Pasa la mezcla del ponche a un contenedor donde sepas que el ponche se pueda tapar, guardar y donde puedas también tener lugar para agregar las claras ya batidas. Agrega las claras batidas a punto nieve.
Incorpóralas al batido de manera delicada, sin revolver, como si estuviera doblándolas.
Tapa el contenedor y colócalo en la heladera hasta el día del uso. Cuando más tiempo descanse en el frío, más se asentarán los sabores.
Sirve, si desea, con helado de vainilla y canela espolvoreada en polvo. *Medidas variarán según gusto.
¡Felices fiestas!
Fernanda Beccaglia es escritora y estilista culinaria, periodista, instructora de yoga, chef holística y coach.